Día 8

Nuestra última parada a lo largo de la Tierra, fue Edimburgo, la capital de Escocia. Estábamos cansadas de viajar tanto en avión, pero es muy difícil llega a Escocia desde El Cairo sino es en este. Las cuatro estábamos muy agotadas de tanto caminar pero recobramos fuerzas al bajar del avión y vernos que por fin habíamos llegado. Nada más salir pudimos darnos cuenta de que el clima no iba a ser muy bueno, que la humedad sería un nuevo amigo para nosotros y que no nos podríamos separar del paraguas.

Una ciudad que rebosa de leyendas y mitos fantásticos, decidimos alojarnos en el más lujoso de los hotel, The Glasshouse, un antiguo castillo.

En pleno corazón de la ciudad se eleva un palacio medieval y un castillo alzado sobre la cima de un cerro, que guarda todas las trazas de un pasado sombrío y tormentoso. La única manera de llegar es a través de una alta y empinada cuesta, no nos lo podíamos creer, al llegar a lo alto pudimos relajarnos y cuando levantamos la vista vimos el majestuoso panorama, todo había valido la pena.

Nos contaron una pequeña historia del castillo que contaba:

<< El Castillo de Edimburgo, construido sobre una roca volcánica, fue inicialmente la residencia real de David I, príncipe de Escocia y Conde de Huntingdon, en el siglo XII.
A finales del siglo XVII, se convirtió en una fortaleza militar. Pero, en su historia más oscura, fue escenario de muchas tragedias y muertes, lo que le han llevado a convertirse en un lugar encantado. Se cuenta que el castillo esta repleto de los antiguos espiritus de los hombres muertos que quieren venganza. >>

Las calles por las que caminábamos nos contaban la historia del lugar, cada casa que veíamos, cada pequeña tienda que en su interior recordaba un mundo lleno de historias… todas estas calles comprende el centro histórico, que se conoce como Royal Mile que unen todos los lugares más exóticos de esta mágica ciudad. Nos quedamos asombradas al ver que había hombres que iban vestidos con las faldas, que reciben el nombre de ‘’ kilt’’

Nos dirigimos al célebre Palacio de Holyrood House, nos contaron que originalmente fue una iglesia pero más tarde paso a ser el hogar de la reina María de Escocia, hoy en día es la residencia de la reina Isabel II. Pudimos visitar las habitaciones reales, el Salón del Trono, los siniestros pasadizos secretos…

En esta ciudad se puede encontrar uno de los mejores jardines botánicos. Nos sorprendimos al enterarnos que alberga un seis por ciento de todas las plantas conocidas del mundo, y se divide en diez zonas diferentes, zona tropical, zona del ártico… lugar que habíamos visitado con anterioridad

No nos pudimos aguantar y decidimos conocer los alrededores, estas tierras cada vez nos sorprendían y nos alucinaban más, conocimos lugares mágicos como Rosslyn Chapel , es una pequeña capilla que sobre ella recaen cientos de mitos escoceses.

La ciudad costera de Dunbar, fue muy fácil llegar ya que solamente está a 37 km, llegamos en un bus turísticos. En esta pequeña ciudad pudimos visitar las ruinas del castillo, los peligrosos acantilados (menos mal que ninguna tenía vértigo) y la costa de Belhaven Bay. Este pueblo mezcla la belleza de las praderas, zonas verdes y la playa.

Pudimos degustar todo tipo de platos, deliciosas carnes y especias acompañado por patatas, nabos… Un mundo de sopas, de cebolla, de calabacín… pero los platos más típicos son el venado, la perdiz, el faisán, el bogavante…

Otro lugar más visitado, tanta cultura, tanta historia... pero seguimos sin conocer del todo este mágico lugar.