Esperamos que os guste este viaje virtual que os ofrecemos.

martes, 18 de mayo de 2010

Día 3

Después de tanto ''brasileiro'', nos apetece visitar el mundillo ''indio-vaquero''. Por eso nos desplazamos a Texas (Sur de Estados Unidos). Texas no tiene declarado ningún idioma oficial, pero la lengua más hablada (como no) es el inglés.


Una vez aquí observamos que no era como nos lo imaginábamos; rascacielos, contaminación... Un paisaje muy metropolitano. De manera que nos vamos a un pueblecito perdido llamado Alamo Village. Éste nos parece mucho más parecido a lo que buscábamos...caballos, vaqueros, tranquilidad, praderas, música country....
Aquí os dejamos algunas fotos de lo primero que vimos al bajarnos del tren que nos llevaba desde Dallas: nuestro guía esperándonos con los caballos.

Os presentamos a Paul Handeland. Es un hombre muy majo y energético (para la edad que tenía). Sus caballos eran ''hermosos'' y nos asignó uno a cada una, que tendríamos que cuidar durante el tiempo que estuviésemos aquí.




Shasha: la yegua de Carol.



Ducky : la yegua de Blanqui




Spot: el caballo de Julia.



Aurinko. el caballo de Eli.



Después de un paseíto hasta lo que va a ser nuestro hogar, aparecen los vecinos. Como podéis ver parecen sacados de una película del lejano Oeste. Nos recibieron acogedoramente y nos regalaron los trajes típicos de vaqueras.




¡Nuestra casita era IM-PRESIONANTE!


Esto se empezaba a parecer a lo que buscábamos.

Al caer la noche nuestros nuevos amigos nos invitan a conocer su cultura. Nos adentramos en la pradera galopando con los caballos y acompañados por un carromato.
(Esta foto la sacamos durante el día).

Una vez allí, ya acomodados, encienden una hoguera y nos sentamos alrededor. Entonces, empiezan a tocar y a cantar música country (lo que llevabamos esperando desde hace días de viaje) y nos animan a bailar. A pesar de resistirnos, lo consiguen y pasamos la mejor noche del viaje (por ahora).




Al acabar la fiesta, dormimos en tiendas de campaña ...



A la mañana siguiente, cabalgamos hasta un restaurante que ( en realidad, no tenía muy buen aspecto) la comida estaba deliciosa...



Costillas



Chili con carne

Y ahora los postres...


Cheese cake

Y allí terminaron nuestras aventuras por el oeste... ¡¡¡ YIIIIIIIJAAA !!!

jueves, 13 de mayo de 2010

Día 2

Después de un largo camino desde Tasmania hemos querido empezar este recorrido por una ciudad cargada de vitalidad y en la que su gente derrocha simpatía y cariño: Rio de Janeiro.



A nuestra llegada al aeropuerto nos dimos cuenta que el habla oficial era el Portugués, y que tendríamos graves problemas con ello, pero después de tantas expediciones y algunas clases en los bares logramos dominarlo. Nos alojábamos en los grandes y lujosos hoteles Rio Othon Palace donde pasar una noche en una de sus suites cuesta más que un viaje a la Luna.

Uno de sus grandes tesoros es la gastronomía ya que está influenciada por la de distintos países como pueden ser: Portugal, India, Italia… En un lugar caluroso y húmedo, lo que más apetece es una bebida fría y refrescante, como es la caipiriña, bebida típica de este exclusivo lugar.





El mes en el que llegamos era Febrero, por lo que logramos disfrutar de una de las grandiosas atracciones turísticas de esta ciudad como son los carnavales. Estas fiestas están cargadas de color y diversión, caracterizadas por la samba. Con esta danza incluso el alma más formal sale a la calle a divertirse y a relacionarse con los demás.




No podemos irnos sin ver una de las siete maravillas del mundo como es El Cristo Redentor de Rio de Janeiro, contemplado desde cualquier rincón de Rio puede sorprenderte su altura, su cuerpo … instalado en una montículo..

Otros encantos son sus exóticas playas, en las que perfectamente puedes observar los animales acuáticos a causa del estupendo estado y mantenimiento del agua. Arena fina, suave, sedosa, ideal para gozar de un día en la playa acompañado. No se puede olvidar el paisaje de interior donde te puedes perder en su profunda, oscura y frondosa selva amazónica, bordeada del grandioso y largo Río Amazonas. Teniendo en cuanta los riesgos que hay en su interior, no te puedes fiar de los exóticos y feroces animales.


Tras un largo día lo mejor es acostarnos y poder soñar con todas las experiencias y mañana un día nuevo ¡Buenas noches!